Introducción histórica

Donde nos encontramos. El memorial de la Shoah se erige bajo las vías del tren de la Estación Central de Milán. Se encuentra en la zona originalmente utilizada para operaciones de tipo comercial que, ubicada al nivel de la acera, se usaba para la estiba de las mercancías de la oficina de correos de la monarquía. Los dos pisos (el superior para pasajeros y el inferior para mercancías), habían sido pensados como parte integrante de un único proyecto realizado por el arquitecto Ulisse Stacchini. En 1912 Stacchini ganó el concurso convocado por los Ferrocarriles del Estado, con un proyecto que preveía una nueva estación estructurada sobre dos pisos separados intencionadamente, para así permitir una gestión paralela pero independiente de las dos actividades de transporte de pasajeros y manejo de mercancías. Las obras comenzaron en 1926 y se concluyeron 5 años más tarde. Fue inaugurada con gran orgullo en 1931 junto con su sección gemela en el piso subyacente: un área que no había quedado escondida a posta, pero que en realidad solo el personal autorizado conocía. Entre finales de 1943 y comienzos de 1945, este espacio fue requisado por la ocupacion nazi y sus aliados fascistas y se convirtió en uno de los puntos de partida europeos hacia los campos de exterminio, para cientos de deportados. Después de la dura campaña de prensa antijudía de 1937 y 1938, los judios tenían que ser identificados antes de ser perseguidos. El censo fue uno de los medio principales de discriminación adoptados por el régimen fascista: primero la identificación, basada en la reconstrucción del arbol genealógico de cada individuo, luego el rastreo, el registro y el mapeo. El 22 de agosto de 1938 se inició un censo general de los judíos, que continuó durante todo el mes siguiente. En el otoño del mismo año, Mussolini y el rey Víctor Manuel III firmaron los primeros Decretos Leyes que el Parlamento aprobó por unanimidad: en este momento, la discriminación de facto se convierte en discriminacion de iure. En pocos meses, los judios italianos se ven excluidos de las escuelas y funciones públicas, del Ejército y de las actividades culturales.
Con el Congreso de Verona, el 14 de noviembre 1943, los judios que vivían en las zonas ocupadas se convirtieron en enemigos del Estado, a los que había que capturar (detención, internamiento, confiscación de bienes) y exterminar. Las SS alemanas se hicieron con las listas de los judíos que vivian en los territorios ocupados y procedieron rapidamente a detenerlos. Comienza así la deportación desde Italia.

El proyecto. La idea de crear un Memorial y no un Museo, se explica por la necesidad de interpretar el lugar ante todo como un documento histórico. El Memorial se erige donde ocurrieron los acontecimientos de los que os hablamos. Es un lugar que está impregnado de los hechos, un testigo que nos cuenta las historias de su propia Historia y el único punto de deportación que ha perdurado en Europa. El estudio Morpurgo de Curtis Architetti Associati se ha encargado del proyecto del Memorial, realizando una auténtica obra de arqueología industrial: ha querido devolver al espacio su auténtica fisonomía hasta donde fuera posible intentando resaltar su esencia de documento y artefacto histórico. El trabajo de los arquitectos no ha sido invasivo: las instalaciones no dañan la estructura original, sino que dialogan con los espacios en los que se encuentran. Estas son objetos que hablan la misma lengua que el propio lugar y a la vez lo interpretan: permiten adaptar la magnitud de lo que pasó a la experiencia de cada uno de nosotros. Así mismo, los materiales